En un reciente escrito del profesor Daniel
Balmaceda sobre el naufragio en el Cabo de Hornos -en 1767- del barco donde
viajaba el santanderino Manuel Moreno y Argumosa, después padre del numen de la Primera Junta y de
sus hermanos, hay una referencia a la misa inicialmente rezada en Tierra del
Fuego. Ese dato permite remontarse a otro oficio sagrado en tierras no
demasiado lejanas a aquella isla, aunque muy anterior al evocado: la misa celebrada la primera mañana
de abril de 1520 por el fraile Pedro
Sánchez Reina en la santacruceña bahía de San Julián, en presencia de Hernando
de Magallanes y de su tripulación, circunstancia que anotó
Pigafetta, cronista de la expedición que halló la unión del Atlántico y
el Pacífico Sur, en su diario “Relazione del primo viaggio intorno al mondo”.
Por lo demás en el libro “Evocaciones Argentinas” (1948) de la escritora y
periodista argentina –frecuente colaboradora entonces de los suplementos
dominicales de La Prensa
y La Nación- Flora
C. García Black de Gómez Langenheim (1884-1976) que firmaba con el pseudónimo Carmen Arolf, anástrofe de su nombre,
hay un capítulo titulado: “La primera misa en la Patagonia ” que recrea en
forma documentada y amena lo registrado
por Pigafetta. Recuerdo que el desaparecido sacerdote salesiano e historiador
fueguino Juan E. Belza que entre otras obras dio a conocer en tres tomos “En la Isla del Fuego”, leyó con
interés y simpatía esas páginas de la señora de Gómez Langenheim cuando se las
enseñe varias décadas atrás.
Se publicó en La Prensa , el 6 de agosto de
2013