miércoles, 26 de diciembre de 2018

VILLANCICO

VILLANCICO

Credo quia absurdum

Aunque lo diga el reloj
y lo anuncie el calendario,
la fecha del Niño Dios
no cabe en día ni horario.

Van por mi vida y mi alma
el tiempo y la eternidad;
y ambos en la Navidad,
con felicidad me alcanzan.


La noche es la exacta imagen
del insondable misterio;
mas no en la que Jesús nace
quitando al arcano el velo.
Que en gracia de sencillez,
van los pastores benditos,
al Pesebre conducidos
por la estrella de Belén.


Siento culpas, tengo heridas;
hombre soy, ni asno ni buey
de mirar manso que  abriga
al Niño en su desnudez.

(Carlos María Romero Sosa. Se publicó en La Prensa, el 23 de diciembre de 2018)