
Ahora el
Danubio se despereza en
Budapest.
Sin embargo,
en otro tiempo,
alguien declinó la
vigilia en
caso afirmativo
y en estado de
alerta
vio disolverse
estelas
de barcos y
patrullas.
De frente y de perfil en la
filantropía
cortó camino a
Dios por la
espesura de un mar de
condenados.
Y con salvoconductos a
mano y
corazón
ofició de
Hombre Nuevo,
dilatado el
efecto de sus
plenos poderes en
rieles paralelos del
nervio y la
conciencia.
Su alma en
cuerpo presente
pesó como una influencia
y nunca fue
invisible;
ni pasó con
tránsito inocente entre los
genocidas;
ni se extravió en la
niebla del
vapor pegajoso de las
locomotoras al
campo de
exterminio.
Su alma en
cuerpo presente
más allá de las épocas
y sus utilerías de ética
descendente
pone en hora
el espíritu del
mundo y la
piedad
ensaya sus
alarmas por más
iniquidades.
(En Rusia, sobre un antiguo Gulag cae la nieve)
(*) Poema de Carlos María Romero Sosa publicado en OTROSÍ dIGO (ALLONI/PROA Editores, Buenos Aires, 2010
Danubio se despereza en
Budapest.
Sin embargo,
en otro tiempo,
alguien declinó la
vigilia en
caso afirmativo
y en estado de
alerta
vio disolverse
estelas
de barcos y
patrullas.
De frente y de perfil en la
filantropía
cortó camino a
Dios por la
espesura de un mar de
condenados.
Y con salvoconductos a
mano y
corazón
ofició de
Hombre Nuevo,
dilatado el
efecto de sus
plenos poderes en
rieles paralelos del
nervio y la
conciencia.
Su alma en
cuerpo presente
pesó como una influencia
y nunca fue
invisible;
ni pasó con
tránsito inocente entre los
genocidas;
ni se extravió en la
niebla del
vapor pegajoso de las
locomotoras al
campo de
exterminio.
Su alma en
cuerpo presente
más allá de las épocas
y sus utilerías de ética
descendente
pone en hora
el espíritu del
mundo y la
piedad
ensaya sus
alarmas por más
iniquidades.
(En Rusia, sobre un antiguo Gulag cae la nieve)
(*) Poema de Carlos María Romero Sosa publicado en OTROSÍ dIGO (ALLONI/PROA Editores, Buenos Aires, 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario