Bernardo Ezequiel Koremblit: la vida,
es un desperezarse a la mañana
que espadas desenvaina en la persiana
al afán inmediatas y a otra herida.
es un desperezarse a la mañana
que espadas desenvaina en la persiana
al afán inmediatas y a otra herida.
Envión de nuestra rueda cotidiana:
Bernardo, de llegada en despedida;
ganador de estatura en la caída
porque la pena en él no se empantana.
Digo en presente de resurrecciones
su espíritu elevado y extendido
a Dios y a la Verdad, en fe y razones.
Judío y cristiano, alerta y distraído
chestertónicamente en cosas varias.
Ya entona en paradojas sus plegarias.
Publicado por Carlos María Romero Sosa en revista “Proa” Nº 77 marzo/abril 2010
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