domingo, 30 de mayo de 2010

SOBRE CRÍMENES DE RELIGIOSOS COMETIDOS POR EL FRANQUISMO


Con motivo del vergonzoso juicio seguido en España contra el juez Baltasar Garzón, he leído en ciertos diarios argentinos expresiones tendientes a poner en duda la objetividad de dicho magistrado Así en una carta de lectores aparecida en La Nación (22/05/10) se le recomienda con ironía a Garzón, “que durante su forzado retiro lea la vida de santos y mártires españoles, comenzando con San Héctor Valdivielso Sáez”. Coincido con el firmante de dicha carta, a lo que parece libre de réplica o aclaraciones en aquel matutino, en el repudio a ese crimen cometido en 1934 por milicianos y al de sus hermanos Lasallanos que sufrieron igual destino (Una imagen de San Héctor se venera en la porteña iglesia de San Nicolás de Bari, parroquia que en su anterior emplazamiento, fue testigo de su bautismo a los tres años de edad).
Pienso, eso sí, que durante los casi cuarenta años de dictadura franquista hubo tiempo suficiente y manos libres y aligeradas de las auto restricciones propias de un Estado de Derecho, para investigar y castigar tan inicuos delitos, cosa vedada hasta el presente a los familiares de las víctimas del sector perdedor en la contienda.
Como se trae a cuento del actual proceso al juez Baltasar Garzón las muertes del nombrado Santo hispano-argentino -nació en Buenos Aires el 31 de octubre de 1910- y de sus compañeros de orden, me permito acotar que si de martirios de religiosos se habla, convendría agregar a la lista, por de pronto también al P. Muiño, capellán del Hospital de Toledo y sacrificado allí a machetazos el 27 de septiembre de 1936 por los “caballeros” de la Legión, al P. José Pascual Duaso, párroco de Loscorrales (Huesca), muerto por falangistas el 22 de diciembre de 1936 y a los catorce sacerdotes vascos fusilados por los “nacionales” en circunstancias que denunció ante Pío XI el entonces Obispo de Vitoria Mateo Múgica Urrestarazu (1870-1968) autor del libro “Imperativos de mi conciencia“, editado en Buenos Aires.
Incluso en julio de 2009, los actuales prelados de Guipúzcoa, Alava y Vizcaya pidieron públicamente perdón por “el injustificable silencio de los medios oficiales de nuestra Iglesia” ante los crímenes franquistas cometidos en Euskadi. Es bueno tratar de ver la historia completa, salvo pensar para ciertos casos que “por algo será”.

Carlos María Romero Sosa
Publicado en TIEMPO ARGENTINO el sábado 29 de mayo de 2010.-

sábado, 1 de mayo de 2010

BERNARDO EZEQUIEL KOREMBLIT (1916-2010), IN MEMORIAM


Bernardo Ezequiel Koremblit: la vida,
es un desperezarse a la mañana
que espadas desenvaina en la persiana
al afán inmediatas y a otra herida.



Envión de nuestra rueda cotidiana:
Bernardo, de llegada en despedida;
ganador de estatura en la caída
porque la pena en él no se empantana.



Digo en presente de resurrecciones
su espíritu elevado y extendido
a Dios y a la Verdad, en fe y razones.



Judío y cristiano, alerta y distraído
chestertónicamente en cosas varias.
Ya entona en paradojas sus plegarias.

Publicado por Carlos María Romero Sosa en revista “Proa” Nº 77 marzo/abril 2010