martes, 24 de julio de 2012
EZEQUÍAS
Yo añadiré otros quince años a tu vida (…) Ezequías respondió: “¿Cuál es la señal de que podré subir a la Casa del Señor?. “Esta es la señal que te da el Señor para confirmar la palabra que ha pronunciado: en el reloj de sol de Ajaz, Yo haré retroceder diez grados la sombra que ha descendido”. Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido. Luego dijo Isaías: “Traigan un emplasto de higos, aplíquenlo sobre la úlcera y el rey sanará”
Repasaré delante de Ti con amargura de mi alma todos los años de mi vida. Oh Señor, si esto es vivir, y en tales apuros se halla la vida de mi alma, castígame; y vivifícame.
Isaías 38, 1-16
Haya un reloj de sol que atrase en grado
de beber otra vez la primavera
con su estallar de brotes en hilera…
Yo que enfilé nomás lo desandado.
Y adorne un nuevo afán el descampado
del alma, con la fe por compañera,
si la conciencia purga mi pecado
de los días sitiar con mano artera
tras la línea de hielo del olvido,
el desamor, el miedo, el desencanto,
la pereza, el desánimo, el descuido.
Derrumbe el corazón su cal y canto:
la condena de muerte no extinguida
mientras arda la leña de la vida.
21/7/12
De “Destiempo de tranvías”, libro de próxima aparición de Carlos María Romero Sosa
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