Sin embargo, estoy seguro de que los datos biográficos que anteceden, poco dicen sobre su sensibilidad estética y su generosidad, ese talento del corazón que le adornaba. Tampoco de su cordialidad, el entusiasmo por servir al prójimo y el buen humor: se jactaba de tener doble ciudadanía ya que era chubutense por nacimiento y porteño por largo afincamiento e identificación con su mitología, el tango en primer término. Quizá aún estará rebotando sobre las aguas espesas del Riachuelo -al que cantó en el poema “Soneto de amor a un río polucionado”- el eco de las palabras evocadoras de Alberto Mosquera Montaña con quien, el sábado 21 de abril de 2007 presentamos desde la tribuna del Ateneo Popular de la Boca, “Piantao”, último poemario de Meré Larralde con una portada del maestro José Capria. Entre el público se encontraba otro admirado y entrañable amigo de todos nosotros, también hoy desaparecido: Bernardo Ezequiel Koremblit.
por Carlos María Romero Sosa
(*) Se publicó en Tiempo Argentino el 26 de julio de 2010.-