martes, 27 de julio de 2010

UN POETA POPULAR BOQUENSE

El 1ro. de julio último, a los 86 años, murió en su casa de Catalinas Sur, el laureado poeta boquense Jorge Meré Larralde, autor de los libros “Trayectos cotidianos” y “Piantao”, cantor sensible y testimonial de la Vuelta de Rocha y sus calles aledañas, siempre a riesgo de inundaciones; de las esquinas con barritas de “pibes chorros” de “veinte años malgastados/ mirando pasar la vida”, de los bares con estaño ya en retirada y de los conventillos, así como promotor de actividades culturales y de bien público en la barriada de la que era un vecino caracterizado. Hasta el final de sus días se desempeñó como vicepresidente del Ateneo Popular de la Boca, institución fundada en 1926 por el historiador Antonio J. Bucich y donde actuaron Benito Quinquela Martín y Juan de Dios Filiberto.
Sin embargo, estoy seguro de que los datos biográficos que anteceden, poco dicen sobre su sensibilidad estética y su generosidad, ese talento del corazón que le adornaba. Tampoco de su cordialidad, el entusiasmo por servir al prójimo y el buen humor: se jactaba de tener doble ciudadanía ya que era chubutense por nacimiento y porteño por largo afincamiento e identificación con su mitología, el tango en primer término. Quizá aún estará rebotando sobre las aguas espesas del Riachuelo -al que cantó en el poema “Soneto de amor a un río polucionado”- el eco de las palabras evocadoras de Alberto Mosquera Montaña con quien, el sábado 21 de abril de 2007 presentamos desde la tribuna del Ateneo Popular de la Boca, “Piantao”, último poemario de Meré Larralde con una portada del maestro José Capria. Entre el público se encontraba otro admirado y entrañable amigo de todos nosotros, también hoy desaparecido: Bernardo Ezequiel Koremblit.

por Carlos María Romero Sosa
(*) Se publicó en Tiempo Argentino el 26 de julio de 2010.-


jueves, 22 de julio de 2010

VIRGEN DEL HUERTO (*)

(A LOS CUATROCIENTOS AÑOS DE SU APARICIÓN EN CHÍAVARI, ITALIA)

Una vez más: setenta veces siete,
al Niño, en bendición, tenle la mano.
Lo nuestro, vida y muerte en ramillete,
se marchita sin soplo sobrehumano.



Y que el Divino Gesto sea un ariete
para batir murallas de desgano
y desorientación; tomado el vano
camino hacia el atajo por el brete.



Virgen del Huerto, para florecernos,
en el desquite misericordioso
de los obstáculos y los inviernos.



Tenle la mano al Niño, en doble brillo
de estrella y luna en cielo prodigioso.
Otros pondrán los clavos. Y el martillo.

CARLOS MARÍA ROMERO SOSA
(*) Se publicó en el suplemento de Cultura de La Prensa, el domingo 18 de julio de 2010।

miércoles, 14 de julio de 2010

UN HOMENAJE A SARAH BIANCHI (*)


¡Pobre Lucecita! El enanito travieso nacido allá por 1944 que -cuentan- temía convertirse en un objeto más del Museo del Títere instalado en Piedras 905, en San Telmo; y ello porque su razón de ser fue actuar cobrando vida a partir de las manos mágicas de Sarah Bianchi. Sí, ¡Pobre Lucecita y sus demás congéneres, que perdieron voz, expresión y mensaje de tierna humanidad, cuando el 6 de mayo murió su creadora y co-creadora junto con Mane Bernardo, fallecida en octubre de 1991!
Conocí algunos de esos títeres y marionetas, personajes que no me atrevería a llamar de ficción, cuando Sarah y Mane vivían en la esquina de Agüero y Gutiérrez, a la vuelta de mi casa. Más de una vez las vi llegar cargadas con ellos de las funciones teatrales en las que interactuaban con esos seres de pasta y tela a los que cedían el protagonismo y dedicaban los aplausos del público. Porque el segundo plano de un titiritero es la condición misma de su arte.
Sarah Bianchi, (1922-2010), profesora de letras y Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, una justa reparación oficial a quien la dictadura cesanteó en sus cátedras por “subversiva”, publicó en 1998 el libro Sin pies pero con cabeza, cuentos breves en los que también reivindica el estrellato para sus muñecos.
Carlos María Romero Sosa publiccado en Tiempo Argentino, el martes 13 de julio de 2010.-