jueves, 24 de febrero de 2011
HELLÉN FERRO (1919-2011)
No presagiaba el nombre de herrería
la pluma de oro y el temblor de su alma;
cristal soplado por tormenta y calma
de la primer jornada al postrer día.
Pudo ser timonel y fue vigía,
por gritar “¡tierra!” en plan de puño o palma
batiente en el color de la alegría
que al cabo -siempre- con dolor se empalma.
Entramado, surtido de universos
en expansión: literatura y cine,
“Bebe” Cooke, Sur, Rodolfo, traducciones...
Con fe en la eternidad rindió sus versos.
Que en la paz del misterio se recline,
desafiando el olvido y sus rincones.
CARLOS MARÍA ROMERO SOSA, febrero de 2011
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