Con mi lápiz dispuesto en línea recta
yo escriba o tache sin doblar el ánimo;
y que a esta hoja de papel en
blanco,
no la oscurezca el bosque de una pena.
Puesto de pie ocupo poco
sitio,
sobra la sombra y me ata con su nudo;
mas de cielo en arenga y mar tranquilo
vea en azul cada rodar del mundo.
Con mi lápiz dispuesto, letra a letra,
teja como un abrigo los recuerdos
que se amontonan y remolinean
cuando la soledad desata vientos.
La rama me insta a su virtud flexible.
Pasa la brisa que exhaló cada
árbol
y debo yo de auroras revestirme;
es ya el alba sonante de los pájaros.
(Carlos María Romero Sosa, se
publicó en La Prensa ,
el 3 de mayo de 2020.-)
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